Deje el albedrío del útero buscando oxígeno,
y el silencio de mis pies recién estrenados
decidió que el pecho se volviera elíptico y continuo ,
con cierta inercia a llover sobre si mismo.
Muerdo el desnudo y sigo en traslación automática.....que no para,que no sigue,que mantiene su órbita perfecta y con esto,
la vida debe bastarme.
El café me impone sus círculos ajenos
y con la precisión de un cirujano,
trazan la orilla donde la piel se abre
y decide abandonar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario