CAMBIOS DE RASANTE
Víctima de un peligro indefinido
creo que avanzo mientras sigo los faros
de tu cochecito rojo,
al que ,
si fuera un corazón ,
ya hubieran multado por exceso de velocidad.
No me juzgues por ahogarme
en los cambios de rasante.
La tierra me atrapa en su útero ingente ,
y ya sabes que cuando dos hembras se enfrentan ,
es mejor apartarse.
Lloro,
y muero lo poco que me olvido de la lluvia,
y de que se ha roto el parabrisas de tus labios
y de que cada km por hora es un latido.
Será cuestión de elegir
otro medio de transporte,
con mas causas y miedos derrotados
y menos gris asfaltando la esperanza.
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